jueves, 2 de febrero de 2012

En la muerte de Wislawa Szymborska

Lectura

No ser un púgil, Musa, es como no ser nada.
Nos negaste un auditorio enardecido.
Hay doce personas en la sala,
es hora de empezar.
La mitad vino porque llueve,
Los demás son parientes. Musa.

Las mujeres podrían desmayarse en esta tarde de otoño,
y lo harán, pero sólo frente al ring.
Escenas dantescas sólo allí.
Y el éxtasis. Musa.

No ser un boxeador, ser un poeta,
con una condena a poemas forzados,
y a falta de músculos mostrarle al mundo
-en el mejor de los casos- una lectura escolar en el futuro.
Oh Musa. Oh Pegaso,
ángel equino.

En la primera fila un viejecito sueña dulcemente
que su difunta esposa ha vuelto de la tumba
para hornearle una tarta de ciruelas.
Con fuego, pero no muy alto, porque se quema la tarta,
comenzamos la lectura, Musa.

De "Llamando al Yeti" 1957   
Versión de Gerardo Beltrán



Despedida de un paisaje


No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.

Comprendo que mi tristeza
no frenará la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento.

No me causa dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.

Me doy por enterada
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago
es tan bella como era.

No le guardo rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.

Puedo incluso imaginarme
que otros, no nosotros,
estén sentados ahora mismo
sobre el abedul derribado.

Respeto su derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.

Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.

Algo nuevo, como un trino,
comienza a gorgotear entre los juncos.
Sinceramente les deseo
que lo escuchen.

No exijo ningún cambio
de las olas a la orilla,
ligeras o perezosas,
pero nunca obedientes.
Nada le pido
a las aguas junto al bosque,
a veces esmeralda,
a veces zafiro,
a veces negras.

Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.

Te he sobrevivido suficiente
como para recordar desde lejos.



De "Fin y principio" 1993        
Versión de Gerardo Beltrán



PRIMERA FOTOGRAFÍA DE HITLER




Y ¿quién es ese muchachito de abrigo desparejo? / Ese es el bebito Adolfo, el varoticito de los Hitler! / ¿Llegará a ser doctor en Derecho cuando sea grande? / ¿O un tenor en la ópera de Viena? / ¿De quien es esa manecita, de quién esa orejita, ojitos y naricita? / ¿De quién esa barrigtiita llena de leche? simplemente no lo sabemos / ¿del editor, el doctor, el comerciante, el sacerdote? / ¿Por dónde van a deambular con el tiempo esos cielitos? / ¿Cerca de un jardín, una escuela, una oficina, una novia? /¿De la hija del burgomaestre, tal vez? / Precioso angelito, solcito de mami, pancito de miel. / Mientras estaba naciendo, hace un año, / no había ninguna escasez de señales en la tierra y cielo: / el sol de la primavera, geranios en las ventanas, / la música del organillo en el patio, / una fortuna venturosa envuelta en papel rosado. / Justo antes del trabajo de parto, el fatídico sueño de su madre. / Ver una paloma en sueños significa buenas noticias / -si es apresada, presagia la llegada de un huésped muy esperado-. / Toc, toc, ¿quién anda allí?, es el corazoncito de Adolfo que golpea.

Un pequeño chupete, pañal, sonajero, babero, / nuestro robusto chiquito está bien, gracias a Dios y tocando madera, /es igualito a sus padres, como un gatito en una canasta, / como la criatura de cualquier álbum familiar. / Shhh, no empieces a llorar, dulce, / la cámara va a gatillar desde abajo del manto negro. / Atelier Klinger, Grabenstrasse, Braunen. / Y Braumen es un pueblo chico pero respetable / -negocios honestos, vecinos corteses, / aroma de masa de levadura, de jabón gris-. / Naclie escucha los aullidos de los perros o los pasos del destino. / Un profesor de Historia se afloja el cuello de la camisa / y bosteza frente a su tarea. /




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